Los principales grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados se mostraron firmes en su negativa a la supresión del partido de los sábados en abierto. Representantes del Gobierno y portavoces parlamentarios se reunieron con los dirigentes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en los últimos días para intentar un acuerdo que evite el anunciado paro del próximo 3 de abril.
PSOE, PP y PNV aceptaron debatir sobre las distintas peticiones relacionadas con la Ley del Juego y el derecho de información, no así la referente a la supresión del partido en abierto.
En un comentario anterior adelantábamos que el Gobierno estaba sopesando cual de las dos opciones era peor, desde la óptica electoralista por supuesto. Los demás partidos políticos han hecho lo mismo. Si accedían a la reivindicación, habría liga el 3 de abril, pero los aficionados se quedarían para siempre sin el partido en abierto. Los operadores televisivos, verdaderos instigadores de esta protesta, han hecho saber a los clubes que sin esa condición los derechos de TV mermarían en cuantía considerable. Y claro, qué iban a hacer los clubes sino reenviar la exigencia al establishment?
La respuesta políticamente correcta era no acceder –por ahora- a la reivindicación. La Liga parará efectivamente ese día, pero, piensan Gobierno y Oposición, también se suspende cuando juega la Selección y no ha pasa nada.
Se ha cumplido nuestra, por otro lado fácil, predicción: el Gobierno no ha cedido a esta pretensión antes de las elecciones de mayo ni lo hará antes de las elecciones generales.
No obstante, el Gobierno que se constituya tras las próximas elecciones de marzo de 2012 se encontrará con una sentencia del Tribunal General de la Unión Europea dictada recientemente que da alas a la LFP en este contencioso.
Ya comentamos esta sentencia. El criterio que fija el tribunal europeo es el de "acontecimiento de gran importancia para la sociedad". A nuestro juicio, además de las grandes competiciones internacionales, entiendo que en el elenco de eventos susceptibles de ser declarados de interés general a efectos televisivos deben estar, como mínimo, las finales de los campeonatos nacionales o autonómicos y los denominados derbis o clásicos, por interesar al conjunto de la sociedad. Difícil lo tendrá el Gobierno para mantener el partido de los sábados en abierto. Recuerden que hace unos días la RFEF mostró su respaldo a las peticiones de la patronal del fútbol.
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