Canarias IUSPORT

23 septiembre 2011

PAN PARA HOY

La reforma de la ley concursal pone a los clubes al borde del precipicio

La reforma de la Ley Concursal aprobada ayer pretende un cambio en profundidad de la legislación concursal, que se ha demostrado incapaz hasta ahora –en períodos de bonanza y en períodos de crisis- de cumplir sus funciones: ni ha aumentado el grado de satisfacción de los acreedores ordinarios, que es la finalidad esencial del concurso, ni ha aumentado los porcentajes de conservación de la actividad profesional o empresarial del concursado, pues la mayoría de los concursos concluyen con la liquidación de la empresa, el cese de actividades y el despido de los trabajadores.

Ahora bien, esta filosofía conservacionista se da de bruces con una disposición adicional introducida ahora, alusiva al deporte. El descenso de categoría, aún estando en situación concursal, supondrá, con toda probabilidad, la desaparición de los clubes, pues el mantenimiento de aquella es el pilar principal de su propia supervivencia. La lógica disminución de los ingresos en la categoría inferior impedirá a los clubes concursados salvarse como entidad, de ahí lo perjudicial de esta reforma para los intereses de los clubes y, por extensión, para el fútbol profesional. Sólo queda esperar que el desarrollo legislativo que está por venir amortigüe algo este golpe dibujando adecuadamente el principio general de prevalencia de la legislación deportiva a partir de ahora en vigor.

La UD LAS PALMAS fue precisamente el primer club español que consiguió, a mitad de la década anterior, salvar la categoría y la propia entidad gracias a la declaración de concurso de acreedores.

Todos recordamos los incidentes protagonizados por el juez Juan José Cobo Plana, algunos polémicos, pero que literalmente paró los pies a la Federación y a la Liga. "A la federación sólo le dije que este juez entendía que era el único competente para resolver sobre rescisión de contratos laborales o pago de cantidades debidas; que debía tramitar las licencias porque sus normas no podían estar por encima de la ley Concursal, y que recurrieran mis resoluciones a la Audiencia de Las Palmas, como parece que ha hecho. El conflicto ha surgido porque a lo que yo sostenía sólo respondieron con el silencio. Y necesitábamos las licencias para que el equipo pudiera funcionar", declaró en una entrevista concedida a LA PROVINCIA el 02.02.05.

Sin pretender aquí analizar la compleja y singular labor del juez Cobo, sí queremos subrayar que actuó en todo momento con la idea de garantizar la continuidad del club. De prosperar los cambios normativos que se anuncian, ya no será ese el criterio a seguir cuando el concursado sea una entidad deportiva y los dirigentes de clubes se preguntarán para qué acudir al concurso.

No entiendo la alegría de la AFE. Es solo pan para hoy.

VER ENTREVISTA A COBO PLANA (2005)

11 septiembre 2011

UNA PROPUESTA SOBRE EL CANON RADIOFÓNICO DEL FÚTBOL

Resulta que un buen día Jaume Roures, máximo representante de Mediapro, se despierta de una pesadilla: las pérdidas del Grupo eran de tal magnitud que ni la vía del concurso de acreedores podría revertir la situación. Y se le ocurrió releer los contratos que tiene firmados con los clubes para la retransmisión de los derechos televisivos por si encontraba algo. Y bien que lo encontró. Los contratos en cuestión no sólo recogían los derechos de TV, sino toda clase de derechos de retransmisión, es decir, incluían la emisión en audio a secas. Y ahí se le abrieron los ojos. A partir de ahora, se dijo, las radios pasarán por caja.

El siguiente paso era recordar a la LFP que esa cláusula existía y que el hecho de no haberla ejecutado hasta ahora no era impedimento para aplicarla en el futuro. Efectivamente, los juristas de ambos lados comprobaron que así era y empezó el baile.

Lógicamente, a Roures no le apetecía dirigirse individualmente a los clubes, como era lo procedente, pues son ellos los titulares originales de los derechos. El camino más corto era la LFP. Ya se encargaría ésta de lidiar con los clubes. Y así sucedió. La LFP recordó a todos sus asociados que la cláusula de marras estaba vigente y que, por tanto, los clubes deberían impedir a las radios desarrollar su labor dentro de sus instalaciones sin la previa conformidad del operador que tenía cedidos los derechos, Mediapro, y la propia LFP.

Se han celebrado ya dos jornadas de liga y el asunto sigue empantanado. Las radios se han negado a negociar el asunto y los clubes le han impedido hacer el trabajo de costumbre, a pesar de lo cual, dicho sea de paso, se las han agenciado para seguir emitiendo los carruseles.

Dicho esto, nos planteamos una cuestión previa: ¿Era este el momento para que la LFP y Mediapro ejecutasen esa parte olvidada de los contratos de cesión de derechos? Creemos que no. El fútbol español lleva un tiempo en la UVI. Son variadas y graves las amenazas que le acechan. El fuerte endeudamiento de los clubes, el conflicto inacabado de la AFE o el reparto de los derechos de la Quiniela o de la televisión, tienen de por sí la suficiente entidad como para hundir el sistema. Precisamente, hace escasos días hemos sido testigos de cómo la clase media del fútbol español, a instancia del presidente del Sevilla, José María del Nido, se rebelaba contra la LFP por el reparto, que tachan de injusto, de los derechos de TV.

Por otro lado, cada semana nos encontramos con algún nuevo club en concurso de acreedores o simplemente saltan noticias de grandes números rojos en las cuentas de resultados de los mismos.

La AFE, si bien es cierto que ha llegado a un acuerdo con la LFP, y por ello ha desconvocado la huelga, podría levantarse en armas nuevamente si el pacto no se materializa. En este sentido, juega a su favor la reforma de la Ley Concursal, que está a punto de ser aprobada por el Senado. El reivindicado descenso por razones administrativas, aunque el club esté en concurso, parece que saldrá adelante. Pero otros asuntos, como la deuda histórica (50 millones de euros) o el reparto de La Quiniela, entre otros, están pendientes de concretarse.

Por eso nos parece que no era el momento de plantear el canon radiofónico. Sobre todo, cuando el tema es muy controvertido. En la labor de los locutores radiofónicos no hay consenso en torno a si es mera información o si se trata de la retransmisión de un evento de forma comercial.

La controversia no es fácil de resolver; creemos que ambas partes tienen algo de razón. El siguiente paso sería encontrar el equilibrio en esa colisión de intereses legítimos. El de los clubes, en cuanto al cobro por la difusión en directo de los eventos que se desarrollan en sus instalaciones, y el derecho de los medios radiofónicos a ejercer la libertad de información consagrada en nuestra Constitución.

Visto como está el panorama, parece seguro que el tema llegará a los juzgados, por lo que hemos de esperar a que se pronuncien. Mientras tanto, sería conveniente que la LFP negociara con Mediapro suspender la medida ya implantada y permitir de forma provisional a las radios realizar su labor como hasta ahora. Desde luego, la convulsión interna que se ha desatado en la LFP por el reparto de los derechos de TV no la sitúa precisamente en un escenario ideal para emprender esta otra guerra. Lo lógico sería que las partes resolvieran el conflicto por la vía del arbitraje, con el que conseguirían una resolución (laudo) por parte de verdaderos especialistas en la materia y en un breve lapso de tiempo.

La suspensión de la medida vendría muy bien, pues, para aplacar un poco a esa bestia que ha puesto sus garras en el fútbol profesional: Don Dinero.

08 septiembre 2011

TIENE RAZÓN JUAN MANUEL RODRIGUEZ CON LA COPA DEL REY

El técnico de la Unión Deportiva Las Palmas, Juan Manuel Rodríguez, se mostró ayer en desacuerdo con el vigente diseño de la Copa del Rey de fútbol, en víspera del partido único de la segunda eliminatoria que disputará hoy ante el Celta de Vigo, equipo de su misma categoría.

Al respecto, Juan Manuel Rodríguez se ha expresado de forma rotunda antes de la inminente visita a tierras gallegas: "No es lógico, en absoluto; me parece hasta lastimoso. No se entiende que dos equipos de Segunda A se enfrenten y, ahora mismo, tengamos que ir al campo del Celta, y a un solo partido; y a los de Primera le dan dos, ¿es que no somos iguales? La competición debe ser a uno, perfecto, muy bien, pero en casa del equipo de inferior categoría, como en su día se hizo", ha explicado.

A Rodríguez le parece que la Copa puede ser buena "si se juega como se debe jugar" y deja en el aire las preguntas que se han de realizar en torno a su "aliciente y preferencia". Y añade: "¿Si jugamos en el campo del Celta el gol vale doble? ¿Cómo el sorteo dice que es en su campo ya está? No estoy de acuerdo, así de claro", ha concluido.

Las consideraciones de nuestro entrenador son irrebatibles. Los clubes potencialmente afectados, todos salvo los de Primera, deberían adoptar una posición común y elevar la pertinente reclamación a la RFEF. Es obvio que este formato, reciente en el tiempo, se puso en funcionamiento para agilizar la competición, pero se trata de un sistema injusto. La RFEF debería adoptar el formato de doble partido en todos los casos, en aras del interés de la competición y para garantizar un trato equitativo a todos los clubes, con independencia de la categoría en la que militen y sin que el azar tenga un rol tan relevante en su organización.

La RFEF debería reconsiderar, pues, la estructura de la competición de Copa del Rey, de forma que el formato de doble partido no suponga una dilación excesiva del torneo.