Nadie oculta que el nivel y rendimiento de nuestro equipo es altamente preocupante. Los dos meses sin ganar y la imagen ofrecida sobre todo en los últimos encuentros induce a pensar que el técnico ha agotado todos los cartuchos de que disponía, que ya no le quedan recursos. Ello tampoco es cierto, pero este análisis lo dejo para otros expertos.
Lo que yo quisiera transmitir a los aficionados es que el contexto general es complicado y que la Directiva actual está viendo exactamente lo mismo que ellos. Pero gobernar no es solo tomar decisiones, sino hacerlas efectivas en el momento más conveniente para los intereses generales de la entidad que se representa.
No podemos olvidar que los actuales administradores se hicieron cargo de la entidad en unos momentos tan cruciales que se jugaba la propia subsistencia del club. Ninguna otra persona con solvencia tomó la alternativa y tenemos muchas dudas de que en estos momentos surja otra candidatura con mimbres suficientes para encabezar la dirección del club. El propio presidente actual ha dicho en más de una ocasión que está dispuesto a cederle el testigo a quién se ofrezca a continuar su labor siempre que aporte un proyecto de gestión viable.
Entiendo que los aficionados centran su atención en lo que acontece en el terreno de juego, pero deben tener presente que unas pocas personas están sufriendo el doble, ya que los directivos también son aficionados.
Estoy convencido de que la Directiva tomará pronto una decisión con la que intentará reconducir la situación actual y lo que tenemos que hacer es seguir apoyando sin fisuras al equipo, algo imprescindible para que los jugadores, que no han olvidado jugar al fútbol, recobren el ánimo perdido. Esa es la principal misión de los aficionados.
Obviamente, ello no debe impedir a nadie criticar la actuación del técnico o de la plantilla y la propia gestión de la entidad, pero sin perder las formas, con el respeto y gratitud que merecen, tanto el técnico, de quien se hicieron las mayores alabanzas en los comienzos de esta temporada, como el Consejo de Administración, cuyo esfuerzo y dedicación son incuestionables.
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