Canarias IUSPORT

06 noviembre 2010

EL CASO ABSURDO DE CARLOS QUEIROZ O CÓMO SE PIERDEN LOS PAPELES



El Comité de Disciplina de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) acordó ayer suspender como entrenador, por tres meses, y multa, al ex seleccionador nacional Carlos Queiroz, por acusar a su vicepresidente, Amandio de Carvalho, de organizar una operación para echarle del equipo. El Comité consideró que las declaraciones de Queiroz eran "injuriosas" y ofendían "la honra y el buen nombre del vicepresidente de la FPF, su superior jerárquico".

Los hechos se remontan al 14 de agosto de 2010. En una entrevista publicada en el semanario luso "Expresso", Queiroz apuntó al vicepresidente como uno de los instigadores de una "acción concertada" en su contra que pretendía echarlo del equipo. La defensa negó sin éxito que las palabras de Queiroz constituyeran una acusación directa hacia Amandio de Carvalho.

TRASFONDO

La cosa viene de atrás, de los incidentes del verano pasado. Queiroz fue sancionado por la Agencia Antidopaje en agosto de este mismo año con suspensión por seis meses, y multa, por haber insultado a los médicos de la dicho organismo, que se presentaron por sorpresa el 16 de mayo en la concentración del combinado nacional previa al Mundial de Sudáfrica, en la localidad lusa de Covilha.

El técnico acudió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Sin embargo, cuando había logrado en este tribunal la paralización de la sanción, se ve sorprendido por la decisión de la Federación Portuguesa, que le despide por mala conducta el 9 de septiembre de 2010.

INCIDENTE ABSURDO

El caso Queiroz nos recuerda -salvando las distancias- algunos episodios bélicos históricos que se desencadenan en una pequeña hoguera, en una ínfima reyerta de ámbito local, cuyas consecuencias fueron desastrosas para la humanidad.

Observen si no. Al parecer, con motivo de un rutinario, aunque sorpresivo -como es lógico-, control de los médicos de la autoridad antidopaje, el entonces seleccionador luso se enfrasca en una fuerte discusión con los citados facultativos mediando insultos. Estos hechos dieron lugar a un expediente que culminó en una sanción de suspensión por parte de la Agencia por seis meses. Tiene toda la pinta de una pérdida de papeles.

A partir de ahí se genera otra dinámica adversa para el técnico. "El Problema," hasta ahora localizado en el ámbito del dopaje, se traslada al ente federativo. Las continuas tensiones con los dirigentes de la federación lusa acabaron con su cese definitivo.

Pero al culebrón aún le quedan capítulos. Ya con la carta de despido bajo el brazo, el Comité de Disciplina de la Federación considera que Queiroz ha incurrido en infracción de especial gravedad y le impone una sanción de suspensión de tres meses, ahora como entrenador.

¿Es o no absurdo todo esto?

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