Canarias IUSPORT

18 octubre 2010

KRAMER CONTRA KRAMER

Fractura social en Can Barça

Sandro Rosell, que alimentó la estrategia en favor de la transparencia con la "due diligence" (auditoria), sorprendió en la Asamblea del pasado sábado al votar en blanco. El órgano superior del F.C.BARCELONA decidía si el club debía demandar al ex presidente y a su Junta Directiva por una gestión que ha resultado muy negativa para la entidad, según los auditores. Cuando los compromisarios, cerca del 25% del total de socios del Barça, miraban atentamente a Rosell buscando luz para decidir su voto, el gesto del presidente les dejó confusos. Si había quedado claro que a Laporta se le había ido la mano en sus dos últimos años de mandato, que estuvo excesivamente generoso y desprendido y que se concedió alegrías que están muy mal vistas, no se entiende la postura del actual presidente, quien, antes de la votación, se dirigió a los presentes exponiendo cuatro razones para votar la acción de responsabilidad y cinco para oponerse a ella, lo que resultó un auténtico presagio de su voto. El acuerdo salió adelante por 29 votos de diferencia, con 113 en blanco y 439 en contra. Votaron a favor de la acción de responsabilidad 468.

A quienes gobiernan se les pide que ejerzan como tales. El cargo de presidente exigía precisamente ser responsable tanto a la hora de proponer la acción de responsabilidad a la Asamblea como en su votación y Rosell se lavó las manos como Pilatos. Ahora ya tiene un motivo para aspirar a la unidad: la fractura social es manifiesta. Pero no lo tendrá fácil, ya que Laporta reanuda hoy mismo su nueva etapa, que pretendía limitar a lo político (se presenta a las autonómicas de este mismo año). El ex presidente tendrá que dedicar su tiempo también a defenderse de la demanda de responsabilidad.

El Barça se enfrenta, pues, a la mayor crisis institucional de su historia, con su masa social dividida. Las demandas, querellas y recursos se sucederán durante unos cuantos años, con el evidente desgaste que tendrá en una de las cinco primeras entidades deportivas de Europa; según los catalanes, "més que un club". Lógicamente, la primera medida anunciada por Laporta es impugnar la asamblea, argumentando que se le ha dejado en absoluta indefensión al no permitírsele defender su gestión en aquella, tal y como prevé el art. 50 de los estatutos del club. Luego vendrán otras demandas y querellas cruzadas relativas al honor y otras cuestiones.

El asunto viene de atrás

Recuérdese la campaña electoral de este mismo año, en la que Rosell accedió a la presidencia. Estuvo plagada de denuncias y cortapisas. Entre otras, recordemos cómo la Junta Electoral, nombrada por Laporta, hizo lo indecible para facilitar las cosas a los candidatos afines al presidente saliente en detrimento de Rosell; o cómo se denunció al candidato Rosell por haber cobrado supuestamente comisiones en traspasos de jugadores, en concreto de Ronaldinho, cuando era directivo (2003-2005); también se hizo público que Rosell se encontraba procesado en Brasil por presuntos negocios turbios, cuestiones que ya han propiciado demandas/querellas de Rosell. A la contra, los afines al presidente actual, han filtrado presuntos negocios de Laporta con determinada familia de un país árabe y, por supuesto, el contenido de la due diligence. Por último, es de reseñar el acoso mediático que viene sufriendo el nuevo presidente desde que tomó posesión, sin esperar por los 100 días de gracia, presuntamente instigado por el propio Laporta.

Un dato importante: se ha sabido que Laporta había contratado, siendo presidente del club, una póliza de seguro de responsabilidad civil para los directivos que le permitirá afrontar, en gran parte, la condena, si esta finalmente se produce.

En cuanto a Rosell, se echa en falta mayor determinación. El voto en blanco no es un hecho aislado. En la misma asamblea fue criticado por un compromisario por haber hablado en español en el reciente XXXI Congreso Mundial de Peñas del Barça. Rosell, en lugar de ratificarse, en el sentido de que se trataba de un acto que trascendía las fronteras de Cataluña, reconoció que tenía razón y que estudiaría la forma de reconducir el asunto.

En resumen, fractura social, un ex presidente metido a político y denunciado, y un presidente dubitativo en cuestiones trascendentales. Mal augurio.

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