Canarias IUSPORT

25 septiembre 2012

RESULTADISMO Y DIGNIDAD HUMANA

(Caso Ana Tarrés)

El caso Ana Tarrés adquiere por momentos tintes muy preocupantes. El comunicado firmado por 17 nadadoras, entre ellas la canaria Paola Tirados, revela aspectos de la personalidad de la ex seleccionadora que obliga a reabrir el debate sobre los modos que utilizan algunos técnicos deportivos para conseguir sus objetivos (o porque son así?). Durante años y años el mundo del deporte viene comentando de boquilla los malos modos de tal o cual técnico. En Canarias conocemos varios casos.

Algunos de los episodios relatados por las nadadoras son escalofriantes. "Esta medalla no te la mereces, no has hecho nada por conseguirla... Es para mi hija, que le hace mucha ilusión". Cuenta la nadadora Paola Tirados, en primera persona, cómo durante la ceremonia de entrega de medallas en el torneo preolímpico de Pekín, en 2008, Anna Tarrés, directora técnica y seleccionadora española de natación sincronizada durante 15 años, le gritaba al tiempo que le arrancaba la presea del cuello cuando aún no había terminado de descender del podio.

Pero no es la suya la única la historia sorprendente. Otra nadadora canaria la sufrió también en sus piel: "No vengas a hacerte la estrecha, si te has follado a todo lo que se mueve", recuerda Ana Violán que le gritaba cuando apenas tenía 14 años y su cuerpo no conseguía alcanzar la posición necesaria en uno de los entrenamientos. Violan cuenta otra vejación: "Anna, ¿puedo salir del agua un momento a vomitar?", preguntaba Violan en una sesión de preparación. "¡No!", contesta Tarrés, "¡Trágatelo que aún te queda una hora y media para terminar! Si no, fuera, te vas a tu casa y no vuelvas".

Las experiencias vividas -y calladas hasta ahora- por las nadadoras revelan que, de alguna manera, Tarrés les hacía creer que era una figura inamovible, implacable y que siempre tendría el poder.

La Federación Española de Natación comunicó el cese de la ex seleccionadora recientemente, antes de que estallara el caso. Una noticia que cogió por sorpresa al mundo del deporte, excepto, claro, a las deportistas que la sufrieron durante tantos años. Ahora ya nadie desconoce las verdaderas razones que impulsaron a la Federación a rescindir el 6 de septiembre un contrato que expiraba el 31 de diciembre. Ha trascendido que Paola Tirados puso los hechos en conocimiento del presidente de la Federación en 2009, lo cual exige una depuración de responsabilidades a todos los niveles.


Punto de inflexión

Pero en todo caso, lo sucedido debería servir como punto de inflexión. Las entidades deportivas, los clubes y federaciones principalmente, deben activar cuanto antes mecanismos de control que eviten episodios denigrantes como el que ahora ha saltado -menos mal- a la opinión pública. Unos cauces que permitan a los deportistas denunciar este tipo de hechos cuando se producen, al tiempo que salvaguardan sus intereses en el seno de la plantilla, y a las entidades hacer un seguimiento del trato de los técnicos a los deportistas y sus metodos de trabajo sin que el resultadismo prime sobre la dignidad humana.

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