Soy uno de los miles de aficionados de la UD Las Palmas que se
alegra de que Setién haya recalado por estas ínsulas y que, tras una conjunción
cuasi planetaria, los valores del fútbol canario de toda la vida reluzcan como no veíamos desde hace décadas.
Estimado Quique, gracias por venir y por quedarte una temporada más,
sabedores de que has recibido ofertas más sustanciosas de clubes con más
presupuesto.
Precisamos lo de "presupuesto" porque en calidad
no nos consideramos inferiores a nadie. Quizá nos falte algo de fuerza física y
de constancia durante los 90 minutos, y a veces concentración, pero estas son
cualidades que pueden "aprenderse" y, de hecho, estamos en ello.
Sin embargo, el talento del jugador canario es indiscutible
y en absoluto inferior a ninguno foráneo. Esto no es chauvinismo. No hace falta que
ponga ejemplos de los jugadores que ahora mismo brillan en clubes españoles y
europeos, por hablar solo del presente.
Viene este preámbulo a cuenta de un par de declaraciones
poco afortunadas en un técnico que se caracteriza por la moderación y el
cuidado exquisito del léxico. Setién es todo un señor, culto, formado y con un
talante excepcional.
Nos referimos a una declaración realizada después de haber perdido
injustamente contra el Sevilla y a otra de anoche, tras el empate con el Real
Madrid.
Setién: "Tenemos más puntos de los que nos
merecemos"
Setién: "Un punto ante el Madrid es un premio que no
esperas"
Estimado entrenador: eso no se dice en público. Una cosa es "bajarle los humos" a los jugadores en el vestuario para que no se relajen, y otra autoflagelarse públicamente.
Si la autoflagelación nunca es buena, menos lo será cuando
no hay razones para ello.
Una cosa es admitir que vamos muy bien de puntos en las
escasas jornadas disputadas y otra muy distinta afirmar que no nos hemos
merecido los puntos cosechados.
Vale que se ha sufrido en algunos partidos para salir
victorioso (Valencia o Málaga), pero ello no le resta méritos al equipo
amarillo. Al contrario, demuestra que, por fin, también sabemos sufrir y
mantener el resultado.
Capacidad de sufrimiento que también demostramos en Sevilla
hasta que en el minuto 88 una acción de un canario que milita en el club
andaluz propició que el colegiado pitara un penalti inexistente, seguido de un segundo
gol fuera del tiempo reglamentario.
¿Es que acaso no nos merecimos la victoria en Sevilla?
Y en cuanto al partido con el Real Madrid, es cierto que
tuvimos menos oportunidades de gol, pero las aprovechamos, justo lo que suele
hacer el club blanco con su enorme pegada que ayer, afortunadamente para los
amarillos, no tuvo.
¿Acaso no es meritorio aprovechar las escasas oportunidades
de gol?
Estimado Quique, te ruego que no hagas este tipo de
declaraciones en público. No son acertadas y además desaniman a los jugadores y
a los aficionados.
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