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18 noviembre 2013

EL TIQUI-TACA NACIÓ EN LAS PALMAS


Está feo que nosotros, los amarillos de toda la vida, nos tiremos flores, pero cuando lo dice alguien de fuera y del prestigio del director de AS, ya se trata de otra cosa.

Alfredo Relaño ha publicado en su blog Memorias en Blanco y Negro (17 de noviembre de 2013) una entrada que nos ha emocionado y que le agradecemos profundamente.

Dice Relaño: "En la noche del sábado 20 de abril de 1968, penúltima jornada de Liga, saltaba al Bernabéu un equipo vestido con camiseta amarilla y pantalón azul resuelto a disputarle la Liga en su propio feudo al mismísimo Real Madrid. Era la Unión Deportiva Las Palmas, el suceso de aquel tiempo en el fútbol español. Estaba a sólo dos puntos del líder blanco. En la primera vuelta habían empatado en el viejo Insular. Si ganaba en el Bernabéu, Las Palmas llegaría líder a la última jornada, en la que debía recibir al Valencia.

Para entonces, el club palmeño apenas tenía 20 años de edad. Fue creado en 1949 como fusión (de ahí lo de La Unión) de cinco clubes de la isla: Deportivo, Atlético, Marino, Victoria y Arenas. Hasta ese tiempo, las dificultades de comunicación con la Península hicieron que el fútbol canario se desarrollara en régimen local. Pero ya daba grandes jugadores. Los patrones de pesca de los grandes clubes peninsulares se pasaban frecuentemente por allí, en busca de talentos. Y aparecían: Arocha, Hilario, Silva, Mujica, Campos, Molowny… En la selección era frecuente la presencia de jugadores canarios, siempre muy técnicos. Así que no fue raro que Las Palmas sólo tardara dos años en subir a Primera. Anduvo en vaivenes de equipo ascensor hasta que en la 64-65 regresó, de la mano de Rosendo Hernández, para establecerse ya por un largo tiempo.

Aquel era un grupo extraordinario. Molowny había estado en su origen, cuando llevó a la Selección Juvenil Canaria a campeona de España, vivero de ese juego y de ese estilo. Un juego técnico, de posesión, pausado, bien hecho, servido por jugadores aptos e inteligentes. Una escuela, escuela canaria, que contrastaba con el fútbol-fuerza en boga. Y los que jugaban bien, que los había (el Madrid ye-yé, el Zaragoza de Los Magníficos) lo hacían con más rapidez. Pero todos admiraban ese juego elegante, pachorrón y preciso, en el que Guedes y Germán armaban el medio campo y definían la línea. Ellos dos, Tonono, Castellano y Martín II frecuentaron la selección. Un día, en Malmoe, jugaron juntos Tonono, Castellano (que entró por Gallego con el partido en marcha), Guedes y Germán. Más Santos, tinerfeño de Los Magníficos del Zaragoza. Cinco canarios juntos en el equipo nacional. España empató en el campo sueco.

De los 11 que saltaron al Bernabéu aquella noche crucial, sólo el meta, Oregui, no era canario, sino guipuzcoano. Curiosamente, tuvieron enfrente al canario que les faltaba, Betancort, que guardaba la portería del Madrid. Aquella alineación aún se repite de memoria en la isla: Oregui; Aparicio, Tonono, Martín II; Castellano, Guedes; León, Gilberto II, José Juan, Germán y Gilberto I. Un guipuzcoano, seis palmeños, cuatro tinerfeños, que eran Martín II, José Juan y los dos Gilberto. Con ellos solían alternar el meta Ulacia (también guipuzcoano), el lateral José Luis y el medio Niz. Niz fue el primer jugador de España que hizo saques de banda largos, como córners.

El Madrid les opuso a: Betancort; González, Zunzunegui, Sanchís; Pirri, Zoco; Miguel Pérez, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. Miguel Muñoz era el entrenador del Madrid; Luis Molowny, el de Las Palmas. Después de ser el fabricante del estilo, le había correspondido acudir al rescate el año anterior, cuando las cosas iban mal. Salvó el apuro, y ahora estaba aspirando al campeonato.
..."
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