No voy a ser tan pretencioso como para sugerir que todos los fueras de juego puedan ser objeto de revisión utilizando el vídeo. Nada más lejos de mi intención. A lo largo de los partidos surgen situaciones diversas de fuera de juego. En este mismo partido UD LAS PALMAS-BARCELONA B, el colegiado erró en otros muchos fueras de juego y no se nos ocurre pretender que en todas esas jugadas deba admitirse el vídeo.
Aclaro, para los que acaban de llegar, que estamos hablando del uso del vídeo DURANTE EL ENCUENTRO, no en los despachos. Después de los partidos no hay nada que hacer al respecto, y así debe seguir siendo, excepto cuando se trata de sancionar conductas antideportivas, materia en la que sí se admite el vídeo como prueba a posteriori.
Volviendo al tema. No todos los errores arbitrales a la hora de señalizar fuera de juego tienen la misma trascendencia. Pero hay algunos que son sangrantes, como el de hoy, en el que se señala incorrectamente fuera de juego en una jugada que acaba precisamente en gol. Repito: no fue una jugada alejada del gol que da pie a otra, sino justamente la propia jugada que desembocó en gol.
Creo que se trata de un caso claro en el que sí debería permitirse la revisión de la jugada en el mismo momento en que se produce echando mano del vídeo. Para eso debería estar -también- el cuarto árbitro, quien tardaría escasos segundos en decirle al colegiado principal por el pinganillo lo que está visualizando en la pantalla y, por tanto, le daría tiempo a éste para rectificar.
De existir este medio auxiliar para los árbitros (ya sabemos que la FIFA no está por la labor) el gol de Chrisantus habría subido al marcador y la UD se hubiese puesto 2-0.
Soy consciente de que cuando fue anulado el gol aún faltaba por disputarse parte del primer tiempo y toda la segunda parte, pero los futboleros sabemos que un 2-0 es siempre una pesada losa para el equipo que va perdiendo y condiciona el desarrollo posterior del partido.
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