Canarias IUSPORT

17 agosto 2011

LÍO MONUMENTAL EN EL FÚTBOL ESPAÑOL

Es cierto que cada año, a veces por duplicado, se nos anuncian huelgas y cierres patronales en el deporte español y ninguno se lleva a efecto, pero esta vez el lobo va a venir de verdad. Y es que las aguas están revueltas como nunca. Miren si no: huelga de los jugadores, rechazo de los operadores de radio a pagar por sus realizar su labor, y, por si ello fuese poco, hasta el fútbol-base calienta motores para un posible lockout.

Efectivamente, las federaciones autonómicas también barajan hacer un parón liguero en las categorías inferiores del fútbol español. El motivo no es otro que su malestar por los nuevos horarios de la Liga de Primera y Segunda cuya ampliación les hace coincidir con el fútbol modesto. "Lo que más nos ha perjudicado es el partido del domingo a las 12 y el de las cuatro, que son las horas tradicionales de las categorías más bajas. ¿Cómo le va a interesar a alguien esos partidos si coincidimos en el horario con los otros? Tienen que darse cuenta de que no todos estamos en Primera división", declaró el presidente de la Federación extremeña y de la Comisión de Tercera División. Y el representante asturiano, Maximino Martínez, ha ido más lejos: "Si después de esa reunión no sale nada concreto, nos mantendremos firmes en nuestra idea de no competir hasta que se nos deje una franja horaria para jugar o se nos compense por el daño que se nos va a hacer".

En este ambiente tan caldeado, hoy se reanudan las conversaciones LFP-AFE con un resultado muy incierto. Las declaraciones previas de sus representantes ponen de manifiesto que la distancia entre ambas partes es de tal longitud que hace casi imposible llegar siquiera a un principio de acuerdo en los pocos días que restan para el comienzo liguero.

Aún así, la AFE sabe que un parón liguero ocasionaría unos perjuicios económicos que harían más difícil alcanzar un acuerdo. Justamente el mismo argumento que hizo desistir (revestido de suspensión cautelar judicial) a la LFP del lockout anunciado a mitad de la última temporada.

Nadie niega a los deportistas el derecho a exigir el salario por su trabajo, pero en el contexto actual no puede existir bula para nadie en cuanto a permanecer ajeno a los golpes que da la crisis económica internacional. Los jugadores, cuya élite es vista por la Sociedad como auténticos privilegiados, han de soportar las inclemencias de esta crisis como la soportan las empresas, con los matices que correspondan.

Por otro lado, hemos de reconocer que la LFP ha dado pasos positivos para alcanzar la paz, como el Fondo de Garantía Concursal, si tenemos en cuenta el deslinde competencial establecido en su día por la Ley del Deporte (1990) entre REF y LFP, el cual ha condicionado de forma considerable el margen de maniobra de la patronal del fútbol español en todo este proceso en la medida en que no ha dispuesto de la mayoría de los recursos que su propia actividad genera.

¿Qué falta?

Un pacto a cuatro bandas: GOBIERNO, RFEF, LFP y AFE. Mientras sigan faltando patas a esta mesa la paz nunca será duradera. En los escasísimos días que restan para el comienzo de las competiciones, tampoco hay tiempo para completar un pacto de esa envergadura, pero sí cabe firmar un documento de intenciones que satisfaga a todas las partes.

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