Canarias IUSPORT

15 mayo 2011

¿UNA SIMPLE FORMALIDAD?

Hoy (15.05.11), el F.C. Barcelona recibió de manos de la presidencia de la RFEF la Copa que simboliza el título de la Liga 2010-2011, nada más concluir el partido que jugó contra el Deportivo de La Coruña en el Camp Nou, siendo así que aún queda por disputarse un encuentro para finalizar el campeonato.

Se rompe de esta manera con la costumbre de entregar el trofeo en el primer partido oficial que el club ganador celebre en la siguiente temporada.
Sin embargo, lo que parece un asunto intrascendente, es en verdad algo muy serio, pues se trata de la entrega formal de un trofeo que representa un título oficial y lo cierto es que tal eventualidad no se produce legalmente hasta que se celebre la totalidad de los encuentros previstos en el calendario.

Podrá objetarse que a la vista de la puntuación acumulada es matemáticamente imposible que el club azulgrana pueda ser superado por otro equipo, pero no son las matemáticas, en exclusiva, las que deciden un campeonato. Además de haber obtenido más puntos que los demás, el club virtualmente ganador tiene que haber completado el calendario y no incurrir en alguna ilegalidad que le prive del trofeo. No es caprichoso que el Reglamento General de la RFEF así lo establezca.

Aunque es improbable, en los dos últimos partidos del campeonato podría darse alguna circunstancia que le hiciera perder el derecho al título al equipo azulgrana. El Código Disciplinario prevé sanciones de descenso de categoría o de exclusión de la competición en determinados supuestos, que ciertamente son improbables pero no imposibles en las dos últimas jornadas. Descartada la doble incomparecencia cuando falta solo un encuentro, conducta sancionada con descalificación, hay otro supuesto que no solo es posible, sino que se dá con frecuencia en la recta final de la competición: la implicación en un fraude de amaño, infracción merecedora de igual sanción excluyente.

La entrega de un título en cualquier ámbito tiene que estar precedida de un acuerdo formal por el cual se adjudica el mismo a una entidad o persona concreta. En nuestro caso, este acuerdo no puede producirse válidamente antes de la finalización del campeonato. Por tanto, si la copa se entrega antes, se compete una irregularidad; y si se adopta el acuerdo de concesión del título cuando falta alguna jornada por completarse, también se incurre en otra ilegalidad.

Moraleja: las formalidades, frente a lo que parecen, no son algo baladí: representan a veces hechos o actos de mucha trascendencia.

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